En el ámbito empresarial familiar hablamos en muchas ocasiones de las ventajas que aporta la creación de sociedades holding, para minimizar riesgos empresariales (dotar a la estructura de mayor protección patrimonial), conseguir una optimización fiscal en las empresas que conforman el grupo, en las personas físicas y, de este modo, facilitar el relevo generacional.
Observamos que, en otro caso, continuar con una estructura societaria ineficiente puede suponer una tributación muy gravosa, tanto en la gestión recurrente del día a día (reparto de dividendos), como en situaciones más extraordinarias (venta de alguna de las sociedades del grupo). También dificulta el cumplimiento de requisitos para optar a la exención de las particiones en el Impuesto sobre el Patrimonio y, en consecuencia, a la bonificación en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones.
Todos estos factores nos animan a trabajar en la mejora de esta situación y por ello, año a año vemos cómo esta estructura es la que más se recomienda y aceptación tiene entre nuestros clientes.
No es necesario disponer de un gran patrimonio o empresa para poder utilizar esta fórmula, ya que hemos trabajado con grupos familiares y estructuras de distintos tamaños. Nuestra forma de proceder es muy rigurosa ya que realizamos un informe exhaustivo de la situación de partida y de las operaciones mercantiles que habría que llevar a cabo para conseguir el objetivo de tener una sociedad cabecera holding que tenga el control del resto de sociedades.
No hay que perder de vista dos factores: es importante conseguir la optimización fiscal, pero no lo es menos definir mercantilmente el procedimiento más adecuado para llegar a la misma y, en la mayoría de ocasiones, valorando la opción de acogernos a regímenes fiscales especiales consiguiente un régimen fiscalmente neutro.
En definitiva, la configuración de un patrimonio empresarial bajo una estructura encabezada por una sociedad holding se presenta como una de las mejores opciones para el desarrollo de una correcta gestión dentro de la empresa familiar, no sólo desde la óptica fiscal, sino también desde el punto de vista organizativo y de administración.