La reestructuración empresarial es una actividad necesaria en buena parte de las operaciones corporativas. Independientemente del objetivo final, podemos ayudarle tanto a valorar la empresa, como a planificar la reestructuración y desarrollar los aspectos más sensibles, tales como el reparto de dividendos o la venta de inmuebles, minimizando el impacto fiscal.
Valoración de empresas
Este es uno de los aspectos clave del proceso de venta ya que ayuda a encontrar un equilibrio entre el precio esperado por los accionistas y el que está dispuesto a pagar el inversor. Del mismo modo, es fundamental entender cuáles son los objetivos particulares de cada uno de los accionistas y cuáles son los conflictos de interés existentes entre ellos en un escenario de venta de la compañía.
La valoración de empresas es una actividad necesaria en la mayoría de las operaciones corporativas. Existen varios métodos para valorar, pero principalmente se utilizan los siguientes: el descuento de flujos de caja, valoración por múltiplo de EBITDA de compañías comparables.
No obstante, en cada caso concreto, nuestros profesionales pueden utilizar diferentes medios al objeto de conseguir la valoración de mercado más adecuada en función del sector de cada empresa.
Fases de la reestructuración
Análisis económico y puesta en valor de la sociedad
Con carácter previo a cualquier operación de reestructuración, se debe realizar un profundo análisis económico de la situación de la empresa y una óptima depuración contable, para que los balances y cuentas de resultados de la sociedad, reflejen con fidelidad su situación y su potencial. Es decir, se trata de destacar el mayor valor que puede alcanzar la empresa teniendo en cuenta las sinergias que el comprador va a aprovechar y la futura proyección de la compañía una vez integrada en la estructura del grupo inversor.
Reparto de dividendos
Es habitual encontrarnos con sociedades que tienen un volumen importante de reservas acumuladas, provenientes de ejercicios en los que los resultados positivos se han dejado dentro de la empresa, con distintas finalidades.
Si vamos a iniciar un proceso en el que nuestra empresas se va a vender, se puede proponer un reparto de dividendos previo, analizando siempre la forma fiscal más óptima e idónea (nos hemos encontrado en situaciones que, sociedades que tenían reservas acumuladas de ejercicios en los que tributaron bajo el régimen de sociedades patrimoniales, se ha podido conseguir una casi nula tributación, atendiendo a la normativa vigente).
Operaciones con inmuebles
Cuando vamos a vender o comprar una sociedad que tiene en su activo inmuebles y hay que sacarlos de la misma, se estudian las diferentes alternativas para minimizar el pago de impuestos, dado que si los inmuebles – su alquiler- no constituye una actividad económica a efectos de la normativa fiscal, hay que valorar operaciones distintas a la segregación o escisión de rama de actividad.
Fusiones, escisiones y segregaciones
Abordamos procesos de reestructuración empresarial, en los que se recomienda realizar determinas operaciones, tales como fusiones, escisiones, cesiones globales de activos y pasivos. Estos últimos son procesos menos conocidos, en general, que las fusiones y las adquisiciones, pero pueden ser mucho más útiles en determinados contextos empresariales.
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